El Rol del Arquitecto en la Sustentabilidad

​

Los proyectos de arquitectura y construcciones, son nuestro nuevo hábitat, son los lugares que hemos construido para vivir el día a día; colegios, universidades, oficinas y por supuesto, hogares. En todos estos lugares se busca, en teoría, lograr recintos que cuenten con el mayor confort posible. Sin embargo, pocas veces se toma en consideración el costo que implica generar el bienestar de los usuarios al interior de los recintos.

Emisiones de Co2, consumo de electricidad y uso de energía, son algunos de los ítems en los que la construcción es el principal responsable, teniendo más impacto que la industria y el transporte. A su vez, durante el ciclo de vida de un edificio se generan actividades que provocan gran impacto al medioambiente. Dicho impacto de este sector se traduce en un uso del 50% de los recursos naturales empleados, del 40% de la energía consumida y del 30% del total de residuos generados.

Frente a esta situación, somos los arquitectos, los primeros responsables de esta realidad y debiéramos ser los primeros en reaccionar y generar un cambio importante en el modo de construir, pero por sobre todas las cosas en EL MODO DE DISEÑAR.

 

 

Gracias a una buena elección de materiales se pueden obtener grandes beneficios sociales y medioambientales, ya que si se utilizan materiales y productos que se extraen y fabrican en la región, se genera un gran apoyo al uso de productos autóctonos reduciendo los impactos del transporte y emisiones de CO2.

Igualmente, dentro de los ítems de una buena planificación del proyecto, está la cuidada elección de griferías y sanitarios que se especificarán en las EE.TT. ya que gracias a esto, sería posible alcanzar una disminución importante en el consumo de agua potable, que contribuye a su vez, en la reducción de las cargas sobre los suministros de agua potable y alcantarillado.

Tener espacios con mayor confort para los usuarios genera por ejemplo, mayor rendimiento en los exámenes en las universidades, en los hospitales se gesta una rehabilitación temprana, en industrias hay un incremento en la producción y en oficinas se observa entre un 2% a un 16% de incremento en la productividad de los trabajadores.

Gracias a todo lo antes descrito, como consecuencia es posible generar una mejora en los sistemas de climatización ya que podrán ser dimensionados a un consumo menor y a un bajo costo de operación.

Los beneficios de la sustentabilidad no son solo medioambientales, sino también económicos, ya que al construir de manera sustentable, disminuyen los costos operacionales en un 8-9%, aumenta el valor de la propiedad en alrededor de un 7,5%, mejora el retorno de inversión en un 6,6% aproximadamente, aumenta la demanda en arriendo y la tasa de ocupación.

​

A partir de todo lo antes mencionado, nacen interrogantes respecto al análisis macro estructural que debería concebirse por todas las ramas adheridas a procesos de edificación, ya que surge una necesidad de forjar una línea fundamental en el venidero desarrollo de nuestro país, la utilización, de la forma correcta de herramientas teóricas que se adhieran al trabajo cotidiano, cosechando la mayor cantidad de conocimientos y resultados positivos, que en su mayoría surgen en casos particulares, produciendo una mejor calidad de vida no solo de familias específicas, sino que de personas, flora, fauna y todo un eco sistema que se encuentra actualmente perjudicado por la poca rigurosidad que se ha utilizado en la eficiencia energética de la edificación.

Una vida sustentable, genera una sociedad más consiente, preocupada por el futuro de las siguientes generaciones que tengan la posibilidad de vivir una mejor calidad de vida en un entorno tan maravilloso como lo que todavía va quedando.

​

LA ARQUITECTURA VIVE SOLO CUANDO NACE EN CONCORDANCIA CON SU ENTORNO Y LA NATURALEZA, SINO DE FORMA NATURAL ESTA DESTINADA A UNA LARGA AGONIA JUNTO A TODO AQUELLO QUE LA RODEA.

​

Por Pía Valdés Pozo.